El pasado domingo, el conjunto femenino de Universidad Católica logró una victoria contundente por 3-0 ante Deportes Recoleta, pero el encuentro se disputó en el Complejo Raimundo Tupper y no en el Claro Arena, generando diversas críticas en redes sociales. A diferencia del equipo masculino, que sí dispone del Claro Arena como sede habitual, la escuadra femenina, que previamente jugó en el estadio remodelado contra Santiago Morning y Colo Colo, se encontró jugando en una locación diferente. Según explicó Mario Palomino en el programa Orgullo Cruzado de Frecuencia Cruzada, la decisión no estuvo bajo el control de Cruzados. En declaraciones, Palomino puntualizó que la administración del Claro Arena, responsable de la operación del recinto, optó por demorar algunos ajustes operativos tras observar ciertos inconvenientes en partidos anteriores. Originalmente, este encuentro se tenía previsto a las 14:00 horas del sábado, como preludio al choque con Cobresal, pero la prioridad de la administración fue retrasar el partido para avanzar paulatinamente en la solución de esos problemas. Palomino aclaró que esta medida responde a cuestiones técnicas y logísticas, y no a una decisión de Cruzados, concluyendo que los seguidores del fútbol femenino comprenderán la situación. Asimismo, el directivo adelantó que ya se están coordinando esfuerzos para que el próximo partido de la UC se dispute en el Claro Arena, con un aforo cercano a 1.500 espectadores y venta de entradas. El enfrentamiento, previsto contra Huachipato, aún espera confirmación de la programación por parte de la ANFP.
Autor: Roberto Sánchez